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28 de septiembre de 2007

“Ángel de la guarda”


A Ángel de Jesús

El orgullo se derrama de mi alma
y su morada este pecho vacío
pide en grito enmudecido tu abrigo,
¡Lo cohíbo! ¡Lo desafío!
tu sombra no debe verme,
ni tus ojos tocarme.

Quédate, no te alejes,
no te acerques, no me roces,
se objetivo mas no conmigo,
escucha este grito enmudecido,
mas no le hagas caso omiso,
no sabe lo que dice,
tampoco a quien lo hace.

Quédate, no te alejes,
no te acerques, no me roces,
se espejismo de mi desierto,
consuela mis alegrías,
y comparte mi llanto,
no seas el que me haga feliz,
no me dibujes una sonrisa
con el pincel de tus labios,
se el inerte compañero
de mis desasosiegos,
no me enseñes la luna,
ni me hagas ver las estrellas,
se como el “Ángel de la guarda”,
que me protege sin que pueda verle.

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