Un implacable desconcierto
es mirar través los reveses
que sin
pensarlo, la casualidad nos muestra
carcajeándose en nuestras caras.
Me rehúso a
pensar en las jugarretas del destino
en que no es
el tiempo ni el lugar para una historia
si acaso un verso
en que más
que un instante no puede ser.
…pero hay
historias que duran un verso
y son más
hermosas que la eternidad.
Aún así no
es menos sublime
por ello me
entrego a las alegrías sin demandas
a la
perpetuidad de un segundo
a la dicha
de inventar de una risa una mirada
y a este
parecido quimérico, delirante y caprichoso
que nos ata mientras
dure el compás o la tonada.
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