Amé de tus besos los putos, esputos,
que espere paciente en la palma de cada osadía, día,
embelesándome en tu audaz vista, desprovista,
y volando en el frenesí de tu hábito, halito.
¡Me engendre con cautela en ti! Quicio, vicio,
arraigándome impetuosa a tu lisiado, lado,
y tímidamente bebí mansa de tu sigilosa, boca.
Te bañaste en la catarata de mi llanto, llanto,
lavando mi soledad con tu compañía, ñisca,
pero me anonadaste con tu vil augurio, perjurio,
y yo embriaga aguardando tu madrugada llegada.
Sollocé hasta morir sin verte venir, marroquí,
ah! Tu sonora blasfemia pudrió mi amor, invasor,
pero ¡ya! ya te fundiste en la orbe de mi olvido ido.
que espere paciente en la palma de cada osadía, día,
embelesándome en tu audaz vista, desprovista,
y volando en el frenesí de tu hábito, halito.
¡Me engendre con cautela en ti! Quicio, vicio,
arraigándome impetuosa a tu lisiado, lado,
y tímidamente bebí mansa de tu sigilosa, boca.
Te bañaste en la catarata de mi llanto, llanto,
lavando mi soledad con tu compañía, ñisca,
pero me anonadaste con tu vil augurio, perjurio,
y yo embriaga aguardando tu madrugada llegada.
Sollocé hasta morir sin verte venir, marroquí,
ah! Tu sonora blasfemia pudrió mi amor, invasor,
pero ¡ya! ya te fundiste en la orbe de mi olvido ido.
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